Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay ya implementan esta alternativa sostenible. La Cámara Forestal de Bolivia propone el desarrollo de políticas nacionales para garantizar la seguridad jurídica de plantaciones forestales
La Cámara Forestal de Bolivia (CFB) aseguró que Bolivia no está sabiendo aprovechar su potencial forestal, que puede atraer significativos resultados económicos y medioambientales a través del negocio de las plantaciones forestales.
En un contexto adverso, con: incendios forestales, los avasallamientos y la expansión de la frontera agropecuaria amenazan los bosques naturales, la CFB propone que las plantaciones forestales son una alternativa clave para la recuperación ambiental y el desarrollo económico. Sin embargo, Bolivia aún enfrenta desafíos normativos y de seguridad jurídica que frenan su desarrollo.
Jorge Ávila, gerente de la CFB, explicó que actualmente países, como Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay han integrado exitosamente las plantaciones forestales a sus economías, logrando generar empleos, reducir la presión sobre los bosques naturales y potenciar su producción industrial y sus exportaciones.
“Chile, por ejemplo, con cerca de 2 millones de hectáreas de plantaciones, genera aproximadamente 7.000 millones de dólares anuales en exportaciones forestales”, dijo Ávila.
Según el ejecutivo, Bolivia está rezagada en el desarrollo de plantaciones forestales y, lamentablemente, no existe una política de Estado que las contemple; tampoco existen normas que garanticen la seguridad jurídica de estos espacios.
“Como Cámara Forestal de Bolivia hemos planteado que el gobierno central establezca una política nacional de plantaciones forestales que garantice seguridad jurídica, establezca incentivos económicos y facilite el acceso a financiamiento para proyectos de reforestación productiva”, enfatizó Ávila.
Andrés Carrasco, especialista en implementación de plantaciones forestales con su empresa Plantfor, destacó que las plantaciones no solo representan una inversión con alta rentabilidad, sino que cumplen un rol ambiental fundamental.
“Por ejemplo, si comparamos con la soya, en 15 o 18 años el suelo destinado a este cultivo termina degradado, mientras que una plantación forestal mantiene y mejora la fertilidad del terreno”, explicó Carrasco.
Carrasco resaltó también que las plantaciones, además de capturar dióxido de carbono y generar oxígeno, pueden utilizarse para crear cortinas rompevientos que protejan cultivos agrícolas, establecer servidumbres ecológicas en ríos y recuperar zonas afectadas por incendios. Además, el uso sostenible de los recursos forestales ayuda a reducir la presión sobre los bosques nativos, promoviendo una gestión responsable de la tierra.
Actualmente, entre las especies recomendadas para plantaciones destacan: la teca, almendra chiquitana, eucalipto y la tarara. Dependiendo del propósito de la plantación, algunas especies pueden destinarse a la producción de madera, forraje para ganado o incluso usos medicinales, como la moringa, que es altamente nutritiva y utilizada tanto en alimentación animal como en remedios naturales.
“Algunas plantaciones han sido aprovechadas para el ecoturismo, el cultivo de café, incluso para sombra de la ganadería. En este último caso, la sombra de los árboles reduce el estrés del ganado, mejorando su salud y productividad”, expresó Carrasco.
Asimismo, Ávila finalizó diciendo que “es tiempo que Bolivia entienda esta alternativa de desarrollo sustentable que, sin lugar a dudas traerá grandes beneficios económicos, ecológicos y sociales al país”.