“¡Uh! Es normal escuchar eso aquí y ver cómo se llevan, especialmente la mara”, asegura Pablo y, como para dar crédito a sus palabras, relata que en una oportunidad encontró a los madereros con ‘las manos en la masa’, pero no le fue bien; estaban armados y lo amenazaron con eliminarlo “si abría la boca”.
“Si las autoridades pusieran más control fuera distinto, pero el parque está abandonado a su suerte”, agrega con resignación. Por denuncias de este tipo es que EL DEBER se trasladó hasta el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Amboró para verificar la tala ilegal de árboles maderables.
Y ahí estaban. Los que hace semanas atrás fueron gigantes y frondosos árboles quedaron reducidos a troncos y ramas secas. Eran tres en total, dos de mara y uno de tarara, a unos 15 minutos de camino, separado el uno del otro, pero muy cerca (un kilómetro) del campamento de guardaparques de Mataracú, en el municipio de San Carlos.
Cajetillas, bolsas de plásticos, bidones, botes de alcohol y hasta un flexómetro estaban esparcidos en el área donde acamparon los piratas del ‘oro verde’. “El daño ambiental que ocasiona esto es muy grave, estos árboles también son hospederos de otras especies, como las orquídeas. La contaminación por los residuos contamina los afluentes y afecta a los animales”, explica Román Vitrón, técnico de la unidad de Medioambiente del municipio de San Carlos.
Los árboles talados eran de entre 25 y 30 metros de altura, con un diámetro de 70 centímetros. Según su cálculo, tenían entre 150 y 200 años de vida. “Los madereros son mafias organizadas, con una persona que se encarga de contratar a motosierristas, acarreadores, informantes y transportistas hasta que la madera llega a los compradores”, señala Vitrón.
Eligen los tiempos de lluvia para transportar la madera desde el interior de la selva hasta donde puedan ingresar los camiones. Es un trabajo arduo porque no hay caminos, por lo que echan mano de los ríos.
El Amboró es una de las áreas protegidas más diversas de la región, tiene 1.600 especies de fauna registradas y unas 5.000 de flora, según el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap). Pero ¿quién lo cuida? Este parque, que tiene un área de 442.500 hectáreas, que comparten los municipios de El Torno, Porongo, Buenavista, San Carlos, Yapacaní, Samaipata, Pampa Grande, Mairana y Comarapa, solo tiene 13 guardaparques asignados a su cuidado, de los cuales 11 salen a patrullar y dos realizan trabajos de oficina.
Estos 13 guardianes del Amboró no solo combaten el tráfico ilegal de madera, sino también la caza furtiva, extracción de áridos de los ríos y el narcotráfico.
Se hace lo que se puede
El Amboró, además de su riqueza en flora y fauna, es el principal captador del líquido natural, fuente de reposición de aguas subterráneas, protector de cuencas hidrográficas, regulador del clima y el que le proporciona a Santa Cruz el 35% del agua potable que consume, con todo ello, ¿por qué solo 13 personas están asignadas a su cuidado?
Esta preocupación se la trasladamos a Gabriel Alejandro Encinas, director del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Amboró, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Aguas. Señaló que si bien no se tienen los recursos suficientes, “con lo que hay se pone el máximo esfuerzo” para preservar y conservar la biodiversidad.
Entre julio y agosto de este año el Sernap ha coordinado, dijo Encinas, con municipios y Policía más de siete operativos e incursiones en el parque. En Yapacaní, en este año, se decomisaron 5.000 pies tablar de mara.
Para conocer la cantidad de madera incautada en lo que va del año y personas procesadas por este delito, se pidió una entrevista a la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT), pero no hubo respuesta a la solicitud.
El Sernap está coordinando con Yapacaní, San Carlos y Buenavista para que cada municipio destine recursos para el salario de dos guardaparques, respectivamente. Yapacaní hará realidad este acuerdo en septiembre, según el responsable de Medioambiente de Yapacaní, Rember Merlos. Serafino Cruz, alcalde de San Carlos, está trabajando en un proyecto con los pobladores, para que sean también custudios de la flora y fauna del parque
EL BOLIVIANO NO CONOCE NI VALORA TODO LO QUE TIENE EN CASA
“Lo prohibido es apetecible”, con esta frase la bióloga Miriam Melgar, creadora de la agrupación Ecologistas del Amboró, que tiene 25 años de vida, grafica lo que pasa con esta área protegida de Bolivia.
Para ella, los que tienen gran interés en explorar este parque son los que quieren lucrar de él mediante lo ilícito y los turistas extranjeros, que se sienten atraídos por la gran variedad de flora y fauna que guarda el Amboró.
Esta bióloga, que ha dedicado más de dos lustros de su vida a recorrer el parque como guía turística, cree que los bolivianos no conocen toda la riqueza de esta área protegida y que debido a la falta de incentivo para la investigación no se han registrado todas sus especies. También da la voz de alerta sobre el peligro de extinción del oso jucumari y la paraba mutún copete de piedra, debido a la caza indiscriminada.
Lo que guarda el principal pulmón de Santa Cruz
1 El Parque Nacional Amboró fue creado en 1973 con el nombre de Reserva Natural Tcnl. Germán Busch.
2 En 1984 adquirió la categoría de parque nacional y en octubre de 1995, mediante decreto supremo, se definió su extensión de 442.500 hectáreas.
3 El Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Amboró está ubicado en Santa Cruz y abarca nueve municipios.
4 Cuenta con 136 especies de mamíferos, se destaca el oso jucumari, el jaguar y el oso bandera.
5 El Amboró tiene 208 especies de aves, lo que representa el 60% de las registradas en el país.
“Muchas veces mi vida ha estado en peligro por cuidar el parque Amboró”
Es el guardaparque más antiguo del Amboró, es su guardían desde hace 24 años. Nació en San Juan del Potrero, provincia Manuel María Caballero. Con sus 71 años de vida es un caminante incansable.
¿Cuándo y cómo acepta el trabajo de guardaparque?
Era dirigente de San Juan del Potrero y estábamos enfrascados en una lucha contra los madereros, cuando en 1990 la FAN (Fundación Amigos de la Naturaleza) pide dos personas para que trabajen como guardaparques, mis compañeros dieron mi nombre. Comencé ganando Bs 400.
¿Cómo es el día a día de un guardaparque?
Nosotros no manejamos armas, solo un machete, una libreta y caminamos todo el tiempo. Yo camino seis horas diarias para ir de un pueblo a otro. No me gusta seguir las sendas hechas, me interno en la selva, me gusta explorar. Nuestra tarea es cuidar la naturaleza y hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos.
¿Cómo se organizan para evitar la tala de árboles?
En los patrullajes participamos los 11 guardaparques que tiene el Amboró, porque los madereros ya se han hecho mañudos y son peligrosos, inventan nuevas formas para esconder la madera, ahora es en el agua, hay que sumergirse en pozas profundas.
¿Ha recibido amenazas?
¡Cuántas veces! Le voy a dar un ejemplo, una vez me pasaron el dato que en Pulquina (Comarapa) mataron a un oso jucumari; sin pensarlo dos veces me fui y lo encontré. Estaban solo los restos del animal. Una autoridad estaba involucrada en eso y me sentenció a muerte.
¿Encontró fabricas de drogas alguna vez?
Sí, y me salvé de milagro junto a otro camarada. Estábamos caminando cuando nos entramos de repente con una fábrica, nos pillaron, nos encañonaron, pero me di modos para convencerlos de que nos liberen.
¿Qué hace falta para cuidar mejor el Amboró?
Nuestros campamentos están hechos pedazos, no tenemos vehículos, al parque no le entra plata. Necesitamos más guardaparques, 11 no abastecemos para cuidar miles de hectáreas.
¿Cómo resume sus 24 años al servicio del parque?
Es lo mejor que me ha podido pasar. Tal vez he perdido la posibilidad de hacer dinero si me hubiera dedicado a otra cosa, pero sé que mi trabajo es para el bien de los bolivianos
CIFRAS
49 ÁREAS PROTEGIDAS
Están legalmente constituidas en Bolivia y representan el 22,5% del territorio nacional
442.500 Hectáreas
Es lo que comprende el parque Amboró, uno de los más importantes de Bolivia
NELFI FERNÁNDEZ REYES - Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla.