El Gerente General de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB), Jorge Ávila, informó que si bien la zafra maderera en su segundo mes de aprovechamiento legal de madera es normal en las zonas productivas, porque se logró consensuar con la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT) para mejorar los mecanismos de fiscalización y control los procesos productivos, pero el factor que les preocupa actualmente son las dificultades para el aprovisionamiento oportuno de diesel que tienen las empresas, los pequeños y medianos productores actualmente, dijo.
Falta diesel
“El único factor que en estos momentos nos preocupa es el del diesel. Han comenzado a surgir dificultades en el aprovisionamiento suficiente y oportuno. Los mecanismos de control de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) nos están generando una serie de problemas que pueden perjudicar la zafra 2014”, explicó Ávila, quien agregó que la Cámara Forestal viene haciendo gestiones ante la Felcn, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y a los Vice Ministerios correspondientes para contar con el suficiente diesel en época de zafra, pero hasta el momento no se ha concretado nada, que permita acceder de manera oportuna y con cantidades suficientes de diesel, acotó.
Sector maderero requiere 60.000 litros
De igual manera indicó que la entidad forestal se encuentra evaluando la demanda total de diesel de las empresas, pero una empresa maderera mediana necesita mínimamente 30.000 litros de diesel mensual en época de zafra y las grandes alrededor de 60.000 litros mensuales, cantidades que no se les está entregando por las restricciones de autoridades nacionales, dijo.
Producción de madera
En el país existen 10 millones de hectáreas bajo manejo forestal, de las cuales solo el 5% se aprovechan legalmente, es decir 250.000 hectáreas a nivel nacional. El país requiere una producción de 2,5 millones metros cúbicos de madera, pero la producción en los últimos solo alcanzó 1,5 millones de metros cúbicos.
Según la Cámara Forestal, del 100% de la producción de madera, el 80% está en manos de comunidades indígenas campesinas y el restante 20% en propietarios privados.